El amoniaco es una sustancia química que se encuentra presente en nuestra vida como parte del ambiente o productos, en especial de uso en la limpieza.
Ya sea en su estado puro o disuelto, ofrece los mejores resultados para la limpieza de tapicerías, cocinas, baños, superficies y objetos metálicos.
Descubre cuáles son las formas como puedes incorporar el amoniaco tus rutinas de limpieza y los beneficios que aporta.
Qué es el amoniaco
El amoniaco es una sustancia química que se obtiene tras la combinación de un átomo de nitrógeno y tres de hidrógeno.
En su estado líquido, es un producto que tiene múltiples funciones dentro de la cotidianidad.
Además de ser componentes de productos como explosivos, fertilizantes, pinturas, cosméticos, plásticos, tintes, refrigerantes y textiles; está entre los productos favoritos para la limpieza de hogares y oficinas.
Usos del amoniaco en la limpieza
El amoniaco es un producto que ofrece múltiples funciones de limpieza para hogares y oficinas.
Algunas de ellas son desinfectar y dejar las superficies libres de gérmenes, así como desengrasar y dejar el mobiliario como nuevo.
Eliminar malos olores, moho y humedad
Una de las principales funcionalidades del amoniaco es eliminar los malos olores en el ambiente, ropa y electrodomésticos.
En el caso del entorno, bastará con limpiar las superficies para que el olor se impregne en el ambiente y contrarreste los malos olores hasta eliminarlos.
Por su parte, el amoniaco permite quitar el mal olor de la ropa y calzado. Para ello, solo se debe agregar un poco de amoníaco durante el ciclo de lavado, si la prenda lo permite.
Los electrodomésticos también obtienen beneficios del amoníaco. Bastará con limpiar con una bayeta humedecida para eliminar el olor a comida o humedad.
Si estás buscando eliminar el moho y la humedad, el amoniaco es el producto ideal para esa tarea.
Este ingrediente tiene la capacidad de desaparecer estos organismos molestos con rociar los espacios y limpiar con una bayeta.
Amoníaco como limpiador de tapicería
Entre las funcionalidades del amoníaco se encuentra limpiar la tapicería de los muebles del hogar y tu coche.
Para esto debes preparar una mezcla que combine agua y un chorrito de detergente con amoniaco.
Sírvelo en un recipiente con rociador y pulveriza sobre la tapicería. Coge una bayeta y frota el producto por el mueble hasta que se absorba.
Por último, deja secar los muebles con luz directa del sol o en un espacio fresco y con buena ventilación.
Al terminar, podrás observar cuán sucia se encontraba tu tapicería, de acuerdo con el estado del paño. Repite el procedimiento con cada mueble a limpiar.
Limpiar objetos de cobre, plata y bronce
El amoniaco te ayuda a conservar en buen estado tus objetos y decoraciones fabricadas con cobre, plata o bronce.
En el caso del cobre y el bronce, debes preparar una solución que contenga un litro de agua fría y una tapa de amoniaco.
Pasa un paño humedecido con esta mezcla sobre los objetos y observarás que recuperan su color y brillo.
Por su parte, los objetos de plata requieren de un proceso algo distinto.
La solución debe ser elaborada con un chorro de amoniaco y abundante agua fría. Sumerge una bayeta con la mezcla y limpia el objeto.
No tardes mucho en limpiar el objeto y retirar el exceso con un paño seco.
Quitar manchas de grasa difíciles
La cocina es el lugar de la casa más propenso a ensuciarse con grasa, proveniente de la cocción de los alimentos.
Su viscosidad es desagradable y resulta difícil de limpiar, pero el amoniaco promete eliminar este problema.
Solo debes rociar tu cocina con un desengrasante preparado con agua caliente y un tapón de amoniaco.
Una vez cubiertas las partes con grasa, deja reposar durante unos 10 a 15 minutos para una mayor efectividad.
Limpia pasando una esponja con jabón por las partes cubiertas con el desengrasante. Retira el jabón con un paño húmedo y listo, tu cocina estará como nueva.
Lustrar la suciedad de cristales y vidrios
¿Cansado de que tus cristales y vidrios estén manchados? Comienza a lavarlos con amoniaco.
Toma un paño de microfibra y humedécelo con amoniaco. Limpia el cristal o vidrio hasta remover las manchas difíciles.
Refuerza esta limpieza rociándolos con una mezcla de una parte de amoniaco y dos de agua.
Seca el excedente de la solución con un paño y estarán presentables de nuevo.
Amoniaco en la limpieza de baños
Por último, el amoniaco es un excelente aliado en la limpieza del baño.
Para ello debes llenar un recipiente con pulverizador con agua tibia o fría y una tapa de amoniaco.
Mezcla y comienza a rociar la solución sobre los azulejos, el retrete, la bañera, ducha, los espejos y el lavamanos.
Espera unos minutos a que esta solución haga efecto y retira el exceso con un estropajo o una bayeta.
Luego, lava todo con abundante agua fría y seca para poder utilizar el baño. Este espacio de la casa quedará impecable y brillante.
Dónde no debemos hacer uso del amoniaco
El amoniaco es un producto de limpieza con múltiples funcionalidades, pero hay ciertas superficies donde no debes emplearlo.
Un buen ejemplo de esto son las zonas barnizadas o enceradas como muebles lacados y pisos de parqué.
Usar el amoniaco sobre esos productos puede ocasionarles daños en su diseño, como grietas difíciles de cubrir. Es tan potente que podría dejarlos inservibles.
Si por error el amoniaco entra en contacto con este tipo de superficies, es necesario que lo limpies de inmediato con abundante agua y jabón.
Preguntas frecuentes
¿Qué es el amoniaco y para qué sirve?
El amoniaco es una sustancia química formada a partir del nitrógeno e hidrógeno.
Tiene varias funcionalidades como limpieza de hogares y oficinas, componente de fertilizantes, desengrasante, así como compuesto para medicamentos y productos cosméticos.
¿Qué daños causa el amoniaco?
El amoniaco es un producto volátil, por lo que debe ser utilizado en ambientes ventilados para evitar explosiones. Puede generar gases tóxicos si se mezcla con otros productos de limpieza.
¿Qué produce el amoniaco en las personas?
Si no se tiene cuidado en el uso del amoniaco, puede producir quemaduras químicas en la piel y cualquier parte del cuerpo que tenga contacto con la sustancia.
¿Qué pasa si se huele el amoniaco?
El amoniaco no ocasiona problemas si se huele en un ambiente ventilado. Sin embargo, puede provocar problemas respiratorios si se tiene una larga exposición al amoniaco y en un ambiente poco ventilado.